La nave espacial Artemis II de la NASA se prepara para llevar astronautas a la Luna

La misión Artemis II, programada para abril de 2026, será la primera misión tripulada en orbitar la Luna desde 1972, marcando un hito en la exploración espacial y la cooperación internacional.

Nave espacial Artemis II Orión desde el Edificio Neil A. Armstrong rumbo la Instalación de Procesamiento de Carga Múltiple. Crédito: NASA/Kim Shiflett

Después de más de 50 años, la NASA se prepara para enviar nuevamente astronautas alrededor de la Luna con la misión Artemis II. Esta misión, programada para abril de 2026, será un paso crucial hacia la exploración sostenida del espacio profundo y la eventual llegada a Marte.

Esta será la primera misión tripulada del programa Artemis y utilizará el cohete Space Launch System (SLS) y la nave espacial Orion. El objetivo principal de este vuelo es realizar un sobrevuelo lunar, evaluando el rendimiento de los sistemas en condiciones reales y preparando el camino para un futuro alunizaje.

La tripulación estará compuesta por cuatro astronautas: Reid Wiseman (comandante), Victor Glover (piloto), Christina Koch (especialista de misión) y Jeremy Hansen (especialista de misión de la Agencia Espacial Canadiense). Cada uno de ellos ha sido seleccionado por su experiencia y capacidad para operar en condiciones extremas del espacio.

Este vuelo no sólo pondrá a prueba tecnologías críticas para la exploración lunar, sino que también establecerá los fundamentos para una presencia humana permanente en la superficie lunar y es el inicio de misiones más ambiciosas, como la exploración tripulada al planeta rojo en las próximas décadas.

Orion: tecnología de vanguardia

La nave espacial Orion ha sido diseñada específicamente para transportar astronautas más allá de la órbita terrestre baja ya que está equipada con sistemas de soporte vital, protección contra radiación y capacidad de reentrada segura, podemos decir que es el vehículo más avanzado jamás construido para misiones espaciales.

Hace unos días, Orion fue trasladada al Centro Espacial Kennedy para su abastecimiento de combustible, incluyendo propulsores, gases de alta presión, refrigerantes y fluidos esenciales, proceso que se realiza remotamente desde el Centro de Control de Lanzamiento, debido a la peligrosidad de los materiales empleados.

Después del abastecimiento, la tripulación realizará una prueba de interfaz con la nave, donde se pondrán los trajes espaciales del Sistema de Supervivencia de la Tripulación y verificarán que todos los sistemas, controles y espacios estén perfectamente adaptados a sus necesidades durante la misión lunar.

Una vez completadas las pruebas, Orion será integrada con el Sistema para Abortar el Lanzamiento, compuesto por motores de emergencia y carenados que pueden salvar a los astronautas si algo falla durante el despegue. Finalmente, se colocará sobre el cohete SLS en el Edificio de Ensamblaje de Vehículos.

Diversidad y cooperación internacional

La tripulación de Artemis II refleja un fuerte compromiso con la inclusión y la cooperación global en la exploración espacial. Christina Koch hará historia como la primera mujer que viajará al entorno lunar, mientras que Victor Glover será el primer afroamericano en hacerlo, ampliando los referentes para nuevas generaciones.

Jeremy Hansen, de la Agencia Espacial Canadiense, será el primer no estadounidense en volar más allá de la órbita terrestre baja. Su participación destaca la importancia de la colaboración internacional y del apoyo mutuo entre países para lograr avances tecnológicos y científicos en el espacio.

Póster de la tripulación de Artemis II. Crédito: NASA/Daniel O'Neal

Estas designaciones simbolizan un cambio en la visión tradicional de la exploración espacial al construir un nuevo paradigma que reconoce la importancia de la representación, la equidad y la diversidad de experiencias, tanto para enriquecer las misiones como para inspirar a toda la humanidad.

La cooperación entre agencias como la NASA, la ESA y la CSA permite compartir recursos, conocimientos y experiencias, haciendo más eficientes las misiones y fomentando un enfoque verdaderamente global, un espíritu de unidad esencial para enfrentar los desafíos de las futuras exploraciones tanto lunares como marcianas.

Los desafíos técnicos previos

Durante la misión no tripulada Artemis I, se detectaron problemas con el escudo térmico de Orion, lo que llevó a la NASA a rediseñar ciertos componentes críticos, por lo que se realizaron ajustes que serán de vital importancia para garantizar la seguridad de los astronautas durante la reentrada en la atmósfera terrestre al final de Artemis II.

Los ingenieros han trabajado en mejorar el sistema de protección térmica, realizando pruebas adicionales para confirmar su resistencia al calor extremo. Además, se han reforzado los protocolos de inspección y ensamblaje, minimizando cualquier riesgo potencial durante esta fase crítica del vuelo espacial.

También se han probado rigurosamente los sistemas de soporte vital, navegación y comunicaciones de la nave. Estas evaluaciones son esenciales para confirmar que la tripulación podrá operar de forma segura y eficiente durante los diez días que durará esta histórica misión alrededor de la Luna.

Con cada revisión técnica, la NASA se acerca a una nueva era de exploración tripulada. Artemis II no sólo demostrará la capacidad tecnológica de la agencia, sino también será un símbolo de compromiso con la seguridad, la excelencia científica y la ambición de llevar a la humanidad más lejos de lo que jamás ha llegado.

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